miércoles, 30 de enero de 2013

HOLANDA

Holanda, Holanda, que decir de Holanda…. Una vez más, las oficinas donde pasé tres meses se encontraban en medio de ninguna parte, en un pueblo, más bien zona de oficinas, llamada Schpihol-Rijk, a 10 minutos en autobús del aeropuerto de Schiphol, uno de los mayores y más transitados de Europa. Puedo dar fe de ello, por las varias carreras de 1.500 metros lisos que he corrido allí esquivando a otros pasajeros. Eso sí, con maleta, ordenador, americana, jersey y zapatos.
Ayyyy (suspiro), viajar es maravilloso.

Schpihol-Rijk
Amsterdam es una ciudad muy…. Ahh si estuve solo un día cenando, tanto trabajar, es lo que tiene. Lo que vi, bastante bien eso sí. Callecitas y casitas muy monas y mucho ambiente por la calle y los bares.

Típico canal holandés
El resto del tiempo lo pase en uno más de mis bucles sin fin oficina-hotel-oficina-hotel, etc. Eso sí, este fue seguramente uno de los peores y más estrictos. El único disfrute, a parte de compartir alguna cena y cerveza con los compañeros viendo el futbol, era ver aterrizar y despegar los aviones de Schiphol y contemplar las verdes y planas praderas de Holanda.

Trabajando en Holanda
Los habitantes de este pequeño país son una gente muy correcta y educada y tienen una filosofía de vida bastante sana. Tienen muy claro el equilibrio entre vida personal y profesional, se van a casa a las 5 en punto, pase lo que pase. Para quedarnos hasta las 9 ya estamos los españoles desplazados. Eso es algo en lo que debemos aprender de ellos. En la mayoría de trabajos acabas haciendo lo mismo saliendo a tu hora que tres horas más tarde. Por ahí viene el famoso temita de la baja productividad española.

Los holandeses tienen una manera de ser particular, con sus hábitos y costumbres como todo el mundo, y están orgullosos de ello. Hay un libro muy conocido, 'The Undutchables' (Los 'Desholandesables'), con ya varias actualizaciones en los que se explica ampliamente el carácter holandés.


Típico molino holandés
Algo que merece mención especial es la comida. Holanda es un país, el único que he conocido, sin aparente comida típica. Su alimentación se basa en sopas de sobre, sándwiches de diverso pelaje con pan de todos los colores y semillas y chocolatinas y caramelos multicolores. Son de esos países en que comen por sobrevivir, delante del ordenador y en 5 minutos. Lo curioso de este caso es, como decía antes, que parecen orgullosos de ello. Para un español, acostumbrado a nuestra buena comida y a que nos reconozcan por ella, es difícil imaginar pasarse la vida alimentándose así. O a mi me lo parece vamos. No defiendo las 2 horas para comer de toda la vida en España (menú, copa, puro y mus) pero un pequeño peréntesis para comer decentemente y desconectar creo que es necesario.

En fin, otro país que estará bien ‘pal que le guste’ y que tiene alguna lección que darnos pero yo, mientras pueda, unos días por allí y de vuelta a casa.

domingo, 13 de enero de 2013

Daresbury, entre Liverpool y Manchester

El año pasado viajé 21 semanas a Liverpool. 21 madrugones, 42 vuelos con escalas, algunas de ellas obligándome a batir el record de los 1500 metros lisos en Schiphol, el aeropuerto de Amsterdam.

Cuando voy digo que voy a Liverpool, por no explicar que voy a Daresbury, un pueblo a medio camino entre Liverpool y Manchester, donde nació Lewis Carroll, el autor de 'Alicia en el país de la maravillas' . La gente dice ‘que bien Liverpool, no?’’, y al final te cansas de explicar que no es tanto Liverpool como una oficina en el termino municipal del mencionado pueblo y en una salida de autopista con el hotel a 300 metros. Es decir, régimen parecido a Dublín: ciclo oficina-hotel, hotel-oficina, etc, etc.

Estampa 'British' en Daresbury


De las 21 semanas, una sí estuve alojado en Liverpool. Además, tuvé suerte y estuve alojado en un hotel llamado Hard Day’s Night, dedicado por completo a Los Beatles y en la misma manzana del mítico pub de Cavern, donde parece que empezó el grupo. Recomendable si se viaja a Liverpool por placer. Es nuevo y moderno y cada habitación es diferente y dedicada a un tema concreto de los Beatles. A mi me tocó una de cuando John Lennon era pequeño. Lo jaboncitos estan ‘customizados’ para el hotel y vale la pena llevárselos. En cualquier caso, yo soy de los que no perdonan y me llevo siempre hasta el gorro de ducha. http://www.harddaysnighthotel.com/

Mi habitación

Hard Day's Night hotel

‘The Cavern’ no es de los mejores pubs que puede uno encontrar en Inglaterra pero tiene el indiscutible morbo de ser ‘el de los Beatles’. Está muy profundo y casi a oscuras, tienes que bajar 3 niveles, y parece, efectivamente, una cueva. Siempre hay música en directo, de diferentes niveles eso sí. Desde verdaderos frikies a gente que toca realmente bien.

The Cavern

En cuanto al resto de semanas, lo dicho. En medio de ninguna parte, perdidos en la campiña inglesa (muy verde y con bonitos paisajes y canales, eso sí) con lios, reuniones y números, muchos números. Lo gracioso era la comida. Al estar ‘lost’, cada día puntualmente aparecía un camioncito con bocadillos, ensaladas, sopas y bebidas diversas. El camioncito, para avisar al acercarse, tocaba la famosa melodía de la cucaracha (la cucaracha, la cucaracha ya no puede caminar, etc) y por eso lo bautizamos como ‘la cucaracha. Al estar la camioneta solo 5 minutos en nuestra oficina, cualquier reunión, conversación o trabajo se paralizaba para poder comprar algo que llevarnos a la boca. He dicho gracioso pero, después de unas semanas, a la barriga de uno no le hacía ya tanta gracia.


Oficina donde trabajo en Daresbury

Aquí rompo una lanza a favor de la comida inglesa. Hay que decir que la comida inglesa de pub es realmente buena, aunque algo corta en variedad. A mi me gusta mucho, especialmente el 'fish&chips', que cené con gusto muchas noches. Como veréis, hay sitios donde la comida es mucho peor que en la Gran Bretaña (en entregas posteriores). El problema es el servicio. En mis viajes he aprendido, que ‘a mayor desarrollo de un país, peor es el servicio’ en restaurantes, hoteles y demás lugares. Claro, en estos países ricos van más sobrados. En cambio, en países más pobres o con mucho paro o con la prima de riego por las nubes o en vías de desarrollo, la gente se tiene que esforzar más por conservar el empleo (menos trabajos, menos subsidios, etc).

Otro lugar más de trabajo que de placer donde echas bastante de menos tu casa. En fin, el trabajo es el trabajo.

sábado, 12 de enero de 2013

DUBLÍN

Dublin es una ciudad que me sorprendió gratamente. Quizás porque no esperaba demasiado al final de un año de viajes cada semana y a donde llegué realmente cansado.

Lo primero que sorprende es el aeropuerto, es muy reciente, muy grande y espacioso. Por fuera es una estructura metálica de aspecto bastante futurista. La verdad, habrá salido muy caro, seguramente demasiado, pero causa una muy buena impresión, como pasa en la T4 de Madrid.

Para llegar al centro, lo más rápido y caro es el taxi. Por unos 10 euros de más, vas por unos túneles que acortan mucho el tiempo de viaje.

El centro de Dublín es realmente bonito, limpio y con unas distancias ‘caminables’. La zona del río Liffey, los Docklands, es lo más destacable, aunque tampoco tuve tiempo de ver toda la ciudad claro (Business es Business). Es una zona con una sensación de amplitud impresionante y sorprende lo nuevos que son todos los edificios de la zona en general, y con acabados de primera (cristal, acero inoxidable, etc). Estos, como buenos PIGS, se apuntaron a la burbuja como nosotros, y así nos ha ido. Aunque ellos, al ser más pequeños, ser sede de grandes empresas y con el apoyo de otros grandes países anglosajones parece que van a levantar antes la cabeza.

Dublin Docklands

En una buena burbuja inmobiliaria, no podía faltar un puente de Calatrava claro. También tienen un tranvía muy moderno, cómodo y útil que comunica el centro de la ciudad con las afueras, donde yo estaba alojado y trabajando.

Puente en Dublín

Otra cosa que sorprende es el ambiente de la ciudad. No esperas que un día cualquiera de la semana haya tanto ambiente en una ciudad así. La zona centro, O’Connel Street y Temple Bar, es muy agradable para dar un paseo por la tarde, cenar en uno de los cientos de pubs y tomar unas pintas. A poder ser, una Guinness que, como dice la leyenda, en Dublín sabe mejor que en el resto del Mundo. Lo puedo confirmar, nunca antes había conseguido acabarme una y, después de unas semanas, ya me había aficionado, dicen que es el agua y que en cada pub es distinta.



Pub en Dublín, a reventar claro.

Aquí se acaba mi experiencia turístico-festiva en Dublín, lo que hubiera salido en ‘Españoles (Tarraconenses en este caso) por el Mundo’. El resto del tiempo lo pase en un hotel a las afueras al lado de las oficinas donde trabajábamos. El trabajo es el trabajo, claro. Jornadas eternas, reuniones, mails y mas mails y al salir paseíto rápido (para no congelarte y cogerte un gripazo o acabar con los labios cortados, que sí fue el caso) y vuelta al hotel. Por lo menos, no se puede decir que se coma mal, todo hay que decirlo, la comida inglesa/irlandesa de pub es francamente buena en general (pal que le guste claro). Eso sí, un solo pub en mucha distancia a la redonda y claro, a los pocos días ya había que repetir. Esas cosas son las que no salen en la tele, donde siempre el viajar es una experiencia entrañable y enriquecedora (ja ja).



Afueras de Dublín - En el trabajo, el paisaje cambia.

En resumen, Dublín no es de los peores destinos y al final vas a trabajar y no de vacaciones. Una ciudad recomendable. Se me quedó en el tintero el Museo de Guinness, no hubo tiempo con tanta faena, otra vez será, o no.

miércoles, 9 de enero de 2013

Bienvenidos a 'Los otros españoles por el Mundo'

La idea de este blog es crear un pequeño diario de los viajes que realizo debido a mi trabajo. También publicaré alguno de vacaciones de vez en cuando para variar y cambiar el tono. 

Siempre digo que viajar es lo mejor y lo peor de mi trabajo. Lo mejor porque sales de la oficina, rompes la rutina, y conoces nuevos lugares, gentes y sus costumbres y maneras de hacer. Siempre es curioso conocer como hace la gente las cosas en cada país.

Dicho esto, no siempre estar fuera de casa es tan bonito. Creo que viajar es una de las cosas más mitificadas que hay. Se dice que abre la mente, que te hace más tolerante, mejor persona, que aprendes mucho... entre otros miles de topicazos.

Yo no lo tengo tan claro. Creo que los cambios y las mejoras vienen de uno mismo y de sus ganas e iniciativas y que no depende de viajar más o menos. Aunque esa es mi opinión claro. Si algo he ido aprendiendo es que siempre queremos lo que no tenemos... si me hubiera quedado en mi ciudad natal (Tarragona, por cierto) seguro que me moriría por viajar y babearía con Españoles, Madrileños, Andaluces, etc, etc por el Mundo.

Voy a ir publicando mis viajes , los nuevos y los pasados. Espero que os parezcan interesantes y os sirvan de algo. Como digo en mi presentación yo no contaré que es maravilloso, que estoy siempre feliz y que me encanta el frío de Irlanda, la horrible comida holandesa o trabajar 12 horas al día en una oficina en medio del desierto. Pasar mucho tiempo fuera de casa es duro y más si la razón es que en tu país no hay futuro ninguno, casi ni para trabajar ni mucho menos evolucionar y crecer como profesional.

Todavía vivimos en un país algo snob en ese sentido, parece que todo lo de fuera es mejor y que el que se va ha triunfado directamente. Yo cuanto más viajo y más mundo veo más ganas tengo de estar en casa.

En fin, en breve el primer viaje... las andanzas en Dublín, Irlanda, de un español no tan feliz como los que salen por la tele.